Hermanos la Cuaresma es el tiempo de Conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran Fiesta de la Pascua. Es teimpo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir mas cerca a Cristo cumpliendo la voluntad de Dios Padre.
es un tiempo de oportunidades para nuestra vida de Fe; mas que otros tiempos del año, porque aunque las tareas del dia a dia sean las mismas que durante el resto del año, se nos ofrecen mas oportunidades para compartir, mas propuestas para la austeridad, la comunidad nos recuerda que ora por nosotros y que debemos orar por los demas, y tambien buscamos nuestra santidad, para que toda la iglesia se santifique en y por nosotros; poque es dificil ir al desierto sin abandonar los quehaceres cotidianos.
Pero hermanos es necesario mirar mas a Cristo al igual lo hiciera mnuestro Hno Francisco de Asis, para que su palabra nos llene de fuerza para el resto de nuestra vida.
Durante este tiempo especial de purificación, contamos con una serie de medios concretos que la Iglesia nos propone y que nos ayudan a vivir la dinámica cuaresmal.
Ante todo, la vida de ORACION, condición indispensable para el encuentro con Dios. En la oración, si el creyente ingresa en el diálogo íntimo con el Señor, deja que la gracia divina penetre su corazón y, a semejanza de Santa María, se abre la oración del Espíritu cooperando a ella con su respuesta libre y generosa (ver Lc 1,38).
Así también de entre las distintas prácticas cuaresmales que nos propone la Iglesia, Ia vivencia de Ia CARIDAD ocupa un lugar especial. Esta vivencia de la caridad debemos vivirla de manera especial con aquél a quien tenemos más cerca, en el ambiente concreto en el que nos movemos. Así, vamos construyendo en el otro "el bien más precioso y efectivo, que es el de Ia coherencia con la propia vocación cristiana" (Juan Pablo II).
Entonces hermanos La cuaresma
es un camino hacia la Pascua. Cristo, por el misterio pascual, ha hecho la Alianza
eterna con el pueblo; los sacramentos de la iniciación cristiana que exigen una
conversión constante, nos introducen progresivamente en el misterio de Cristo muerto y
resucitado.